ARTROSIS
La artrosis es una enfermedad degenerativa de las articulaciones que se produce cuando el cartílago que recubre los extremos de los huesos se desgasta gradualmente. El cartílago es un tejido elástico que ayuda a amortiguar los impactos y permite que las articulaciones se muevan sin fricción. Cuando el cartílago se desgasta, los huesos pueden rozarse entre sí y provocar dolor, rigidez y limitaciones en el movimiento.
Epidemiología:
La artrosis es una enfermedad común en todo el mundo, que afecta principalmente a las personas mayores. La prevalencia de la enfermedad aumenta con la edad, y se estima que más del 10% de la población mundial tiene artrosis en alguna articulación.
Factores de riesgo:
Los principales factores de riesgo para desarrollar artrosis incluyen la edad, la obesidad, las lesiones articulares previas, la falta de actividad física, el sexo femenino y ciertas enfermedades como la diabetes y la artritis reumatoide.
Patogenia:
La artrosis se produce cuando el cartílago que recubre las superficies articulares se desgasta y se rompe. Esto puede ser el resultado de una carga mecánica excesiva, lesiones articulares previas, desequilibrios en la producción y degradación del cartílago, y factores genéticos y ambientales.
Formas clínicas:
La artrosis puede afectar a cualquier articulación del cuerpo, pero es más común en las rodillas, las caderas, las manos, la columna vertebral y las articulaciones de los dedos. Los síntomas típicos de la artrosis incluyen dolor, rigidez, crepitación y limitación del movimiento en la articulación afectada.
Diagnóstico:
El diagnóstico de la artrosis se basa en la historia clínica y los síntomas del paciente, así como en los resultados de la exploración física y las pruebas de imagen como las radiografías y la resonancia magnética.
Diagnóstico diferencial:
El diagnóstico diferencial de la artrosis incluye otras enfermedades que pueden afectar a las articulaciones, como la artritis reumatoide, la gota y la artritis psoriásica.
Tratamiento:
El tratamiento de la artrosis se centra en aliviar los síntomas y mejorar la función de la articulación afectada. Los tratamientos comunes incluyen la fisioterapia, los analgésicos, los antiinflamatorios y, en casos graves, cirugía correctora y prótesis articulares.
Consecuencias:
La artrosis puede tener consecuencias significativas para la calidad de vida de las personas afectadas, incluyendo dolor crónico, limitaciones en la actividad física y la movilidad, y una mayor dependencia de la atención médica y los cuidados de los demás.
El caso especial de la artrosis de manos:
La artrosis de manos está menos ligada al desgaste del cartílago que otras formas de artrosis y tiene un fuerte componente genético con herencia autosómica dominante. Se producen nódulos por aumento del tejido óseo en las articulaciones interfalángicas distales (nódulos de Heberden) y proximales (nódulos de Bouchard). El diagnóstico, tratamiento y consecuencias son similares al de las otras formas de artrosis.
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