FIBROMIALGIA
La fibromialgia es un trastorno crónico que se caracteriza por dolor generalizado y sensibilidad en los músculos, tendones y tejidos blandos cercanos a las articulaciones. También puede incluir síntomas como fatiga, problemas de sueño, rigidez matutina y problemas cognitivos como dificultad para concentrarse y pérdida de memoria.
Epidemiología:
La fibromialgia afecta aproximadamente al 2-4% de la población general, siendo más común en mujeres que en hombres. Por lo general, se diagnostica en personas entre 30 y 50 años de edad.
Factores de riesgo:
No se conoce la causa exacta de la fibromialgia, pero se cree que ciertos factores pueden aumentar el riesgo de desarrollar la enfermedad. Estos factores incluyen el género femenino, la edad, antecedentes familiares de fibromialgia, eventos traumáticos o estresantes, enfermedades autoinmunitarias y trastornos psicológicos como la depresión y la ansiedad.
Patogenia:
La patogenia de la fibromialgia no está completamente comprendida, pero se cree que hay una disfunción en la forma en que el cerebro y el sistema nervioso central procesan el dolor. Los pacientes con fibromialgia tienen una mayor sensibilidad al dolor y experimentan un dolor mayor de lo que sería esperable por la cantidad de daño tisular presente.
Clínica:
El síntoma principal de la fibromialgia es el dolor crónico generalizado en los músculos y tejidos blandos que rodean las articulaciones, que a menudo se describe como una sensación de ardor o dolor punzante. Otros síntomas pueden incluir fatiga, problemas de sueño, rigidez matutina, dolores de cabeza, trastornos gastrointestinales y problemas cognitivos.
Diagnóstico:
El diagnóstico de la fibromialgia debe realizarse por un médico experto. Se utilizan los criterios de clasificación del Colegio Americano de Reumatología de 2019 en los que la clásica identificación de puntos sensible dolorosos del cuerpo se ha sustituido por áreas corporales dolorosas. Además, se pueden realizar pruebas de laboratorio y de imagen para descartar otras enfermedades que puedan tener síntomas similares.
Tratamiento:
No hay cura para la fibromialgia, pero el tratamiento puede ayudar a aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida del paciente. El tratamiento puede incluir medicamentos para el dolor, relajantes musculares, fisioterapia, terapia ocupacional, ejercicio y terapia cognitivo-conductual, EMDR o sensoriomotriz.
Consecuencias:
La fibromialgia puede tener efectos significativos en la calidad de vida del paciente, incluyendo limitaciones en la capacidad para realizar actividades cotidianas y problemas en las relaciones interpersonales. También se ha relacionado con un mayor riesgo de depresión y ansiedad.
Si tiene dolor crónico y cree padecer fibromialgia, debe buscar atención médica para realizar un diagnóstico preciso y recibir el tratamiento adecuado.
En al apartado de recursos de la página web puede encontrar algunos recursos online para pacientes y ampliar la información.