SÍNDROME DE FATIGA CRÓNICA
El síndrome de fatiga crónica (SFC) es una enfermedad compleja y crónica caracterizada por fatiga extrema, que no se alivia con el descanso y que dura más de seis meses. A menudo, los pacientes también presentan otros síntomas como dolor de cabeza, dolor muscular y articular, trastornos del sueño, problemas cognitivos y sensibilidad a la luz y al ruido.
Epidemiología:
El SFC afecta a personas de todas las edades, razas y géneros, pero es más común en mujeres y personas de mediana edad. Se estima que la prevalencia en la población general es del 0,2 al 2,5%.
Factores de riesgo:
Aunque no se conoce la causa exacta del SFC, algunos factores de riesgo incluyen infecciones virales previas, trastornos inmunológicos, estrés emocional y predisposición genética.
Patogenia:
La patogenia del SFC no está completamente comprendida, pero se cree que involucra una disfunción inmunológica y neuroendocrina, así como cambios en la microbiota intestinal y en la regulación de la inflamación.
Clínica:
El SFC se caracteriza por fatiga extrema que dura más de seis meses y que no se alivia con el descanso. Los pacientes también pueden presentar dolor muscular y articular, problemas cognitivos, trastornos del sueño, sensibilidad a la luz y al ruido, dolor de cabeza, síntomas gastrointestinales y síntomas parecidos a la gripe.
Diagnóstico:
No existe un examen específico para el diagnóstico del SFC. El diagnóstico se basa en los síntomas del paciente y en la exclusión de otras enfermedades que puedan causar fatiga crónica. La Sociedad Internacional para el Síndrome de Fatiga Crónica (ISSFC) ha establecido criterios para el diagnóstico del SFC, que incluyen fatiga crónica que dura más de seis meses, y la presencia de otros síntomas como problemas cognitivos, dolor muscular y articular y trastornos del sueño.
Diagnóstico diferencial:
Es importante descartar otras enfermedades que pueden presentar síntomas similares al SFC, como la depresión, la ansiedad, el hipotiroidismo, el lupus eritematoso sistémico, la enfermedad de Lyme y la esclerosis múltiple.
Tratamiento:
No existe una cura para el SFC, pero el tratamiento se centra en aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida del paciente. Las opciones de tratamiento pueden incluir terapia cognitivo-conductual, ejercicio suave, medicamentos para el dolor y la depresión, y cambios en el estilo de vida, como mejorar la nutrición y reducir el estrés.
Consecuencias:
El SFC puede afectar significativamente la calidad de vida del paciente y limitar su capacidad para trabajar y participar en actividades diarias. La fatiga y los síntomas asociados también pueden tener un impacto negativo en la salud mental del paciente.
Si padece fatiga crónica y cree padecer fibromialgia, debe buscar atención médica para realizar un diagnóstico preciso y recibir el tratamiento adecuado.
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