Ya hemos comentado que los pacientes con reumáticas inflamatorias como la artritis reumatoide, la espondilitis anquilosante, la artritis psoriásica o el lupus eritematoso sistémico, padecen más enfermedades cardiovasculares que la población general. Esto se debe tanto a la inflamación crónica que caracteriza a estas enfermedades, como a la presencia aumentada de factores de riesgo cardiovascular como hipertensión arterial, diabetes, sobrepeso, o colesterol. ¿Cómo se puede prevenir?
- Tratamiento de la enfermedad
Sabemos que la inflamación crónica producida por la enfermedad reumática es un importante factor de riesgo cardiovascular. Inducir la remisión de la enfermedad cuanto antes es importante no sólo para la calidad de vida de los pacientes sino también para evitar riesgo cardiovascular en el futuro.
- Control de Factores de Riesgo
La monitorización y control de factores de riesgo cardiovascular, como la presión arterial, el sobrepeso, los niveles de colesterol y la glucosa, son fundamentales en la gestión integral.
- Estilo de Vida Saludable
La promoción de un estilo de vida saludable, que incluya una dieta equilibrada, ejercicio regular y abstinencia del tabaco, es esencial para reducir el riesgo cardiovascular.
- Tratamiento y manejo integral multidisciplinar
Un enfoque integral que aborde tanto la inflamación de la enfermedad reumática como los factores de riesgo cardiovascular es crucial. Un reumatólogo solo no puede atender todos estos factores de riesgo. Un equipo coordinado de profesionales de la salud adecuados ayuda a decidir estrategias terapéuticas para abordar todos los factores de riesgo.
Las personas con enfermedades reumáticas inflamatorias deben trabajar en estrecha colaboración con sus profesionales de la salud para evaluar y gestionar su riesgo cardiovascular individual, lo que puede incluir la monitorización regular de los factores de riesgo y la adopción de medidas preventivas adecuadas.