El riesgo cardiovascular es el aumento de probabilidad de padecer problemas como la enfermedad coronaria, insuficiencia cardíaca, accidente cerebrovascular y otras afecciones relacionadas con el sistema cardiovascular que pueden causar secuelas graves e incluso la muerte.
Los factores de riesgo cardiovascular no modificables incluyen la edad, el sexo y la genética, mientras que los factores modificables abarcan el estilo de vida y condiciones médicas tratables, como la hipertensión arterial, la diabetes, el tabaquismo, el colesterol alto, la obesidad y la falta de actividad física.
Existe otro factor de riesgo cardiovascular del que se habla menos pero que es muy importante: la INFLAMACIÓN CRÓNICA. Las enfermedades reumáticas inflamatorias se caracterizan por una inflamación crónica en el cuerpo. Esta inflamación afecta a las arterias como los otros factores de riesgo cardiovascular, independiente de ellos y modificable al inducir la remisión de la enfermedad reumática.
Los pacientes con enfermedades reumáticas inflamatorias como la artritis reumatoide, la espondilitis anquilosante, la artritis psoriásica o el lupus eritematoso sistémico anquilosante, padecen más enfermedades cardiovasculares por la inflamación debida a la enfermedad y porque tiene con más frecuencia obesidad, colesterol alto, diabetes e hipertensión arterial. Algunos de los fármacos empleados en estas enfermedades pueden contribuir también a este riesgo. En el lupus eritematoso sistémico existe, además, una mayor facilidad de padecer trombosis.
La inflamación, la hipertensión arterial, el tabaquismo, la obesidad, la diabetes, el colesterol alto pueden tratarse y por lo tanto se puede disminuir la posibilidad de padecer enfermedades como infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares que pueden ser mortales y por la tanto aumente la supervivencia y la calidad de vida.